Dióxido de titanio

El dióxido de titanio u óxido de titanio es un conjunto de oxígeno y titanio (fórmula TiO2 o colorante E171). En el entorno industrial, es el resultado de dos procesos: el "proceso del sulfato" que da lugar a la forma anatasa del dióxido de titanio y el "proceso del cloro" que da lugar a la forma rutilo del dióxido de titanio.

Con fama de ser un compuesto blanco brillante, el TiO2 adquiere el aspecto de un polvo cristalino entre incoloro y blanco. Es uno de los tintes más utilizados por los industriales en la actualidad. Su densidad es de 0,77 g/cm31. Su densidad es de 3,9-4,3 g cm-³.

El dióxido de titanio se utiliza ampliamente en la industria de la pintura como pigmento, representando alrededor del 70% de la producción mundial de pigmentos (fuente INRS).

Sin embargo, también puede ser una sustancia apreciada para plásticos, productos farmacéuticos, cosméticos (protectores solares en particular), alimentos (confitería, queso, chicles, pastelería), papel y construcción.

En efecto, proporciona un alto nivel de blancura y opacidad que los industriales de los sectores mencionados buscan para la fabricación de sus productos. También permite una mejor conservación de los alimentos y los protege de posibles alteraciones externas. Desde hace una veintena de años, también es conocido por sus propiedades de absorción de los rayos ultravioleta, por lo que se utiliza en forma de polvo nanométrico.

El dióxido de titanio es insoluble en agua, etanol y otros disolventes orgánicos. El polvo de dióxido de titanio no es fácil de manejar.

Más bien, el producto se considera "graso" y pegajoso. Puede formar fácilmente grumos y dificultar su fluidez. Por lo tanto, este flujo particularmente difícil requiere opciones a medida para ayudar a su correcta extracción. La fluidificación es una opción interesante para aumentar la fluidez del dióxido de titanio. Su aspecto pegajoso debe tenerse en cuenta en el diseño de las líneas de producción, optando por dedicar equipos al dióxido de titanio (creación de líneas dedicadas).

Debido a su naturaleza irritante (especialmente en los ojos y las vías respiratorias), es importante garantizar la seguridad de los operarios en su línea de producción si manipula dióxido de titanio.

Dado que el dióxido de titanio es potencialmente peligroso para la salud, es esencial prestar atención a los medios utilizados para su tratamiento y almacenamiento industrial.

En función de los volúmenes de producción deseados, el dióxido de titanio puede envasarse en varios tipos de contenedores, como bolsas de papel, cajas de polipropileno, tambores metálicos o silos.

Para evitar cualquier riesgo, el polvo de dióxido de titanio debe almacenarse en un lugar seco y ventilado. Palamatic Process le ofrece varios sistemas de captación de polvo situados en función de sus necesidades.

Los transportadores de tornillo pueden fijarse al depósito de almacenamiento gracias a un manguito de conexión BFM que garantiza la estanqueidad al polvo.

Los equipos en atmósfera confinada controlados a distancia con el PLC Pal'Touch® se recomiendan generalmente para la manipulación del polvo de dióxido de titanio.

El Palamatic Process se utiliza para manipular el dióxido de titanio. Varias instalaciones en las instalaciones de nuestros clientes dan fe de nuestro saber hacer en este tipo de polvo:

• Un sistema de vaciado de big bags confinado por un tubo de aspiración para el dióxido de titanio
• Una unidad para el desacondicionamiento de materias primas, la preparación de masterbatches y la incorporación en una línea de extrusión
• Una estación de vaciado de big bags con una capacidad de 1.000 kg para cargar en un depósito de almacenamiento

Si procesa dióxido de titanio en su proceso, nuestros expertos en polvo están a su disposición para estudiar su proyecto y caracterizar su polvo.